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[Análisis] Diablo IV – Salve Lilith, Madre de Santuario

Han pasado nada más y nada menos que 11 años desde que Activision Blizzard nos deleitó con una entrega de una de sus IP insignia, Diablo (sí, no cuento ni las expansiones de DIII, ni DII Resurrected, ni Immortal). Y esta vez no se han quedado cortos a la hora de brindar calidad y cariño a este amado videojuego. Lilith posó oficialmente sus pies sobre Santuario (dejando a un lado el acceso anticipado) el día 6/6/23.

DiabloIV vuelve a un apartado artístico y una atmósfera más oscura, visceral y violenta, alejándose un poco del colorido DIII, algo que todos los fans de la saga venían pidiendo a gritos. Es raro el escenario que no está manchado de sangre, cadáveres o descomposición, lo cual ya da a entender al jugador el lugar donde se encuentra, en mitad de un conflicto entre fuerzas superiores, ángeles contra demonios. Santuario es, efectivamente, un campo de batalla del que podemos salir muy mal parados.

Acompañando esta impecable ambientación tenemos una serie de cinemáticas de excelsa calidad (creo que a estas alturas, si algo sabemos, es que Blizzard sabe hacer cinemáticas) que ayudan al equipo a desarrollar la historia de una forma más inmersiva y con la calidad que la narrativa merece. Sin hacer ningún spoiler, únicamente diré que la parte final es absoluto cine, un alarde técnico y estético que merece levantarse de la silla y aplaudir por un trabajo bien realizado.

El escenario donde se desarrolla se sitúa en la parte este de Santuario, y a su vez se divide en 5 territorios con sus respectivas reputaciones, que deberemos aumentar para conseguir diferentes beneficios por personaje y cuenta. La historia comienza en Cimas Quebradas, donde sucede el acto I. Así pues, el acto II se sitúa en Scosglen y el acto III en Estepas Adustas, pero cabe remarcar que estos pueden completarse en el orden que el jugador desee. Desde el III hasta el final la trama hace más hincapié en los dos lugares restantes, Kehjistan y Hawezar.

Mientras el jugador aumenta esas reputaciones se encontrará con distintas mazmorras a completar, las cuales desbloquearán poderes legendarios para las distintas clases del juego. Pero para mí lo más destacable de estas reputaciones, y algo que ayuda y enriquece sobremanera la narrativa, son las cadenas de misiones secundarias. El equipo de Diablo IV ha plasmado sobre el lienzo una enorme cantidad de misiones secundarias llenas de historia y personalidad, mejorando tanto la trama principal como el mundo donde se encuentran. El jugador puede entonces deleitarse con las ambiciones y penurias de los lugareños, encontrándose pequeñas joyas narrativas como un señor que convive en paz y armonía con un demonio dentro de él, aportándose entre ellos diferentes visiones del prisma que es la vida.

Y como no podía ser de otra manera, mientras todo esto sucede, el jugador irá subiendo de nivel y equipándose. Hablemos un poco del progreso y del endgame.

Durante el bloque inicial que suponen los 50 primeros niveles, realmente se progresa de una manera liviana, independientemente del nivel del mundo escogido por el jugador, aunque personalmente recomiendo el nivel II ya seas nuevo jugador o veterano. Una vez llegas a nivel 50 se desbloquea el verdadero progreso de personaje, los tablones de Paragon, los cuales rellenaremos con puntos que conseguiremos subiendo a partir de nivel 50, consiguiendo un total de 4 puntos por nivel. Con este sistema, personalizamos mucho más la forma en la que queremos ejecutar el combate y la supervivencia con nuestra clase, perfeccionando y blindando el estilo de juego que hemos decidido usar mediante los poderes legendarios equipados y habilidades escogidas previamente. No voy a ahondar mucho más en esto, ni a explicar el árbol de habilidades pues ya hay webs especializadas en esto que desgranan cada último detalle y haría este análisis notablemente más largo y denso.

Pero, ¿qué se hace una vez acabada la historia y cómo sigo progresando de nivel de Paragon hasta nivel 100? Sencillo, existen diferentes métodos. Por un lado tenemos el farmeo de mazmorras normales para conseguir experiencia y equipamiento. Por otro lado, podemos ejecutar estas mazmorras con Sigilos de Pesadilla, las cuales nos otorgarán también experiencia para los glifos que usamos en los tablones de Paragon, además de tener un drop aumentado de equipamiento único, tanto sacro como ancestral. No hay que olvidarse, por supuesto, de los eventos de mundo como las Mareas Infernales, los Jefes de Mundo o los eventos de Legion, todos ellos aportándonos tanto experiencia como equipamiento al realizarlo, y siendo recomendable la realización de estos en compañía, ya sea con amigos o con la propia gente que se encuentra en el mundo contigo.

La temporada 1 llegará en aproximadamente un mes desde la realización de este artículo, y traerá bastantes novedades, sobre todo a nivel de calidad de vida de los jugadores, lo cual me alegra.

Dicho lo cual, poco más me queda por añadir, estoy disfrutando cada minuto de esta obra de arte. Diablo IV ha hecho que yo, al igual que otros tantos jugadores, nuevos y veteranos, volvamos a enamorarnos de esta IP. Me despido pues, con una imagen del personaje que estoy jugando durante esta maravillosa aventura, mi Nigromante Drakka.

Saludos, Manu.

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