El pasado 24 de agosto estaba marcado en mi calendario, de forma inconsciente, más fuerte que cualquier otra fecha. Blashpemous II sería lanzado para PlayStation 5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch y PC un día normal y corriente para la gran mayoría, pero no para mí. A continuación, me propongo analizar la secuela del Penitente, desarrollada por The Game Kitchen y distribuida por Team17. Por supuesto, con spoilers.
Novedades de la secuela
En primer lugar, hablemos evitando comparaciones. Blasphemous II es una secuela que destaca por su variedad de armas. A pesar de no poseer un alijo muy numeroso, sus tres armas lo dotan de mucha versatilidad. Veredicto es una especie de botafumeiro con un gran rango y con mucho daño, aunque es un arma lenta. Con él podemos destrozar enemigos de un solo golpe, pero también podemos golpear unas campanas que activan plataformas o abren compuertas. Sarmiento y Centella son unos estoques duales, mucho más rápidos pero de corto alcance y con un daño inferior. Eso sí, se vuelven muy peligrosos cuando se cargan con poder eléctrico, y también nos permiten avanzar por el mapa utilizando unos espejos que debemos golpear con ellos. Por último, Ruego al Alba es el arma más balanceada en cuanto a rango, velocidad de ataque y daño. Es un espadón que, además, tiene la habilidad de golpear en caída y reventar muros.
Como véis, el armamento de Blasphemous II permite disfrutar de la experiencia de formas únicas. La combinación de las tres armas es algo que se descubre muy al final del juego, pero es una opción muy recomendable. El hecho de poder luchar contra un boss utilizando a Veredicto en su primera fase para después pelear en una frenética segunda parte llena de parrys y contragolpes es uno de los puntos más fuertes del juego.
En cuanto a la historia, no es necesario recordar cómo funciona la narrativa en Blasphemous (pero lo haré de todos modos). Se nos dan pequeñas pinceladas de lo que ocurre a nuestro alrededor con breves cinemáticas, pero lo que de verdad nos informa de la trama son las descripciones de los objetos, las conversaciones con los NPCs y los propios escenarios del juego. Blasphemous II comienza continuando los acontecimientos del tercer DLC de su primera parte, Wounds of Eventide, aunque parece que ha pasado mucho tiempo. El Penitente despierta de nuevo y cae en el ciclo de vida y resurrección al que estaba acostumbrado; su penitencia no ha terminado.
Los poderes o habilidades en Blasphemous II no son muy numerosos. A parte de aquellos que conseguimos con las armas y que ya he mencionado, en nuestra aventura podremos aprender a hacer un doble salto, un dash en el aire o hacer aparecer unos colgantes para acceder a zonas altas. El uso de estos poderes junto con los de las armas y estatuas que activan plataformas o abren puertas, nos incitará a explorar cada rincón del mundo.
Los jefes en esta entrega son desafiantes en su mayoría. La trama se estructura en torno a tres grandes jefes que desbloquearán una zona superior. En esta, deberemos derrotar a otros cinco grandes jefes para poder llegar al último de ellos. Con esto, quiero decir que el desarrollo del juego es bastante guiado si queremos ir al grano, aunque lo estándar será, seguramente, ir a completar todo lo que se pueda en la primera vuelta al juego.
Hablando ahora sobre los coleccionables, tenemos los ya conocidos Querubines (los bebés), las Cuentas de Rosario que equiparemos para mejorar estadísticas, el Retablo de Favores en el que iremos incorporando y colocando estatuas (que podrán combinarse para mejorar sus efectos), los Tributos Olvidados que entregaremos para acceder a nuevas zonas, y los Cantos y Versos, que son las magias y hechizos del juego.
Comparación con la primera entrega
Es inevitable comparar Blasphemous y Blasphemous II. Para aquellos que somos fanáticos de esta obra, es fácil saber el difícil desarrollo por el que pasó la primera parte. Estas dificultades afectaron al resultado final del juego. Todos esos pequeños detalles han sido pulidos, mejorados o incluso eliminados en Blasphemous II.
Hablo del plataformeo, por ejemplo. Ahora, el Penitente es mucho más ágil, las superficies están muy definidas y, si no llegas a algún saliente, es porque algo mal estás haciendo. El doble salto y el dash en el aire dan muchísima libertad, pero al no disponer de ellos desde el principio, veremos muchas plataformas inalcanzables que querremos volver a intentar alcanzar más adelante. Volveremos, estoy seguro.
Acerca de la dificultad, he tenido la sensación de que esta aventura ha sido algo más sencilla que la anterior. Los jefes son más asequibles (no mucho más, tranquilos). Tal vez sea porque las armas son más poderosas que nuestra querida Mea Culpa, a la que tanto echamos de menos.
Una característica que he echado en falta con respecto a la primera entrega ha sido los personajes secundarios. Las quests o misiones que nos vamos encontrando en Blasphemous II no son tan memorables como en el primero. No hay un Redento, un Nacimiento o una Altasgracias. No quiero decir que no existan misiones así; sí las hay, pero no son tan especiales como las del primer juego. Quizá sea porque no he jugado tanto como para llegar al nivel de conocimiento que tengo del primero. Espero que sea por este motivo.
Un juego sobresaliente, digno del mismo Milagro
Las expectativas eran muy altas. Los avances que el equipo ha ido mostrando creó un hype que, por lo general, es muy difícil de superar. Cuando llegó el día de lanzamiento, tenía el juego reservado en Steam, y el día 24 a las 00:00 estuve pegado al ordenador hasta las tantas de la mañana sin poder jugar. Por suerte, me di cuenta de que el juego no se activaba en la plataforma hasta las 17:00; si no llego a ver el aviso, aún estaría esperando.
En cuanto pude empezar la partida, ya fue un no parar. Todo el tiempo que tenía disponible era para el Penitente. Tardé en terminar mi partida, desbloqueando el 100% del juego, 20 horas. Estoy preparado para crear contenido, curiosidades, lore e incluso la guía completa, como ya hice con Blasphemous: Wounds of Eventide. Pero para lo que verdaderamente estoy preparado es para decir que The Game Kitchen ha conseguido superarse y ha logrado lanzar una obra de arte digna de la catedral más titánica. Enhorabuena y gracias.